Situado en lo alto de una colina, mirando hacia el Mediterráneo, Sant Martí d’Empúries emerge como un tesoro histórico y un refugio para aquellos que buscan la serenidad junto al mar. Esta antigua capital del condado de Empúries, ahora parte del municipio de L’Escala, cautiva a sus visitantes con su encanto medieval y su rica historia que se remonta a siglos atrás.
El legado arquitectónico de Sant Martí d’Empúries cuenta la historia de su pasado glorioso. Desde sus inicios, cuando estableció relaciones comerciales con fenicios, púnicos y foceos masaliotas, hasta su florecimiento como uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, cada piedra en sus calles emana historia y tradición.
En el corazón del casco urbano se erige imponente la Iglesia de San Martín, testigo silente de los avatares de la historia. Su estructura actual, que data del año 1507, es solo una capa en el rico tapiz temporal de este lugar sagrado. Se dice que en este mismo sitio se alzaba la iglesia episcopal de Empúries en los siglos VI y VII, un testimonio de la importancia religiosa y cultural de la región a lo largo de los siglos.
Caminar por las calles empedradas de Sant Martí d’Empúries es sumergirse en un mundo donde el tiempo parece detenerse. El paseo de Empúries, que une esta pintoresca localidad con L’Escala, ofrece una oportunidad única para contemplar la belleza natural de la costa catalana. Durante este tranquilo recorrido de 2 kilómetros, los visitantes pueden disfrutar de las playas de Empúries, explorar el antiguo puerto griego en el Moll Grec y maravillarse con los vestigios del yacimiento grecorromano de Empúries, testigos mudos de su pasado.
Degustando la gastronomía local
La experiencia culinaria en Sant Martí d’Empúries es igualmente memorable. Los restaurantes locales deleitan a los comensales con una exquisita variedad de platos típicos de la región, fusionando lo mejor de la gastronomía de mar i montaña, típica del Alt Empordà. Con ingredientes frescos cultivados en la fértil tierra de la región y pescados y mariscos capturados en las aguas cercanas, cada bocado es una celebración de los sabores auténticos de Cataluña.
En resumen, Sant Martí d’Empúries es mucho más que un destino turístico; es un viaje en el tiempo a un pasado lleno de esplendor y una invitación a sumergirse en la tranquilidad y la belleza de la costa catalana.
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